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¿Cómo hacer nuestra inversión con las FAANG 2.0?

La última década en materia de inversión en acciones se ha definido por el auge de las empresas del sector tecnológico, más conocidas como las “FAANG” (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google). Con el inicio de esta nueva década, esta combinación de empresas ha perdido fuerza, principalmente por las subidas de los tipos de interés, la inflación subiendo como nunca lo ha hecho y un bajo crecimiento económico.  Es por esto que los estrategas de Bank of America y Merrill Lynch (BAML) han reasignado las letras de ese acrónimo tan conocido, y han redistribuido las letras entre diferentes sectores para adaptarlos a los nuevos tiempos. Hoy vamos a repasar los diferentes sectores que componen las nuevas “FAANG”* y cómo podemos posicionar nuestra cartera de inversión en acciones. *(Recordamos que el acrónimo de las nuevas “FAANG” provienen de palabras en inglés).

¿Qué sectores componen las nuevas “FAANG”?​

F para combustibles.​

Como hemos visto estos últimos meses, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha hecho estallar una crisis energética nunca vista. Estas tensiones geopolíticas nos han llevado a una limitación de suministros, provocada por una inversión en producción de petróleo y gas escasa. Estos dos factores junto a una continua y fuerte demanda van a mantener los precios del sector energético elevados durante un buen tiempo.

Previsión de desarrollo de precios del sector energético. Fuente: ECB.

El sector energético pasó a un segundo plano durante la década de prosperidad y crecimiento que vivimos tras la gran crisis del 2008. Los fondos se desplazaron hacia activos más “verdes”. Esto ha conducido a un aumento del coste del capital para ese sector, impulsado en gran parte por las políticas ESG. Esto ha conducido a una gran reducción en el interés por la inversión en la producción de petróleo. Según Goldman Sachs, los productores de petróleo sólo están incentivados actualmente para desarrollar nuevos proyectos a 90 dólares el barril. Si los costes de capital fueran menores, estarían incentivados a 57 dólares el barril. Esto nos ha conducido a una oferta de petróleo limitada junto con unos precios del petróleo más altos durante mucho más tiempo.

¿Cómo nos posicionamos?​

Para aprovechar la primera letra que compone el renovado “FAANG”, tenemos varias oportunidades de inversión en acciones en el sector de las materias primas. Warren Buffett es un fanático del sector energético, acumulando enormes participaciones en dos de los mayores productores de petróleo estadounidense: Chevron (CVX) y Occidental (OXY). A su vez, también son una buena cobertura contra la inflación, pero hay que tener en cuenta que, si se produce una recesión, es probable que baje el precio del petróleo y por consiguiente de las empresas petroleras. Podemos invertir en el sector energético realizando nuestra inversión en acciones individuales. Si queremos diversificar nuestra exposición, el ETF iShares U.S. Oil & Gas Exploration & Production (IEO) o el ETF iShares Global Energy (IXC) son las opciones más viables para beneficiarnos del auge del sector energético.

 

La primera A del sector aeroespacial y de defensa.​

Desde que empezamos este año 2022 vimos que no nos auguraba un futuro tranquilo. El inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania y las tensiones entre China y Taiwan han provocado un crecimiento en el gasto militar tanto en los países de Europa como en la región de Asia y el Pacifico. Actualmente, el gasto en defensa ya no se limita a la construcción de vehículos acorazados o tanques. Con la innovación del sector tecnológico, las guerras actualmente ejercen bastante fuerza a través de la red. Por lo cual los gobiernos e industrias están invirtiendo grandes sumas de capital en ciberseguridad.

¿Cómo nos posicionamos?

Es poco probable que se produzca un aumento inmediato de los ingresos en el sector aeroespacial y de defensa, dado que los proyectos de defensa suelen tener calendarios plurianuales. Pero es probable que consigan una mayor estabilidad en los ingresos a medio plazo. Si queremos aprovechar la segunda letra de la nueva FAANG, podemos invertir en el ETF iShares U.S. Aerospace & Defense (ITA), en el Invesco Aerospace & Defense ETF (PPA), en el SPDR S&P Aerospace & Defense ETF (XAR) o el SPDR S&P Kensho Future Security ETF (FITE).

 

La segunda A para agricultura.​

Las tensiones geopolíticas también han provocado un aumento en los costes de los alimentos por los cortes de suministro o las recientes sequías que hemos sufrido durante este verano. Al ritmo que llevamos, no habrá suficiente comida para alimentar a todo el mundo. Según el Instituto de Recursos Mundiales, la producción de alimentos deberá crecer un 69% de aquí a 2035 para alimentar a la creciente población y a la clase media en expansión. El sector agrícola mundial es enorme. No solo se trata de alimentos, también se compone por maquinaria agrícola, fertilizantes, pesticidas, productores de cultivos y de semillas. No todos los integrantes de este sector van a generar los mismos beneficios equitativamente ante la creciente demanda. Las subidas de los precios de los alimentos pueden variar entre ellos. 

¿Cómo nos posicionamos?

Si queremos invertir en la segunda letra A, debemos pensar en las partes de la cadena de producción de este sector con mayores barreras de entrada y que más ayudan a mejorar la cadena de producción. Como, por ejemplo, los productores de semillas. La agricultura vertical también es una forma interesante de realizar nuestra inversión en acciones dentro del sector de la agricultura. A su vez, contribuimos a la preservación del medio ambiente. Si queremos ganar exposición en este sector de manera diversificada, podemos invertir en el ETF iShares MSCI Global Agriculture Producers (VEGI) o el iPath Series B Bloomberg Livestock Subindex Total Return (COW).

N de nuclear y renovables.​

La energía nuclear está experimentando un resurgimiento años después de caer en desgracia tras el desastre de la central de Chernóbil. Los gobiernos buscan fuentes de energía fiables y bajas en carbono. Ante los elevados precios del gas y la electricidad en Europa, provocados por el recorte de gas de Rusia, están obligando a Europa y al resto del mundo a reconsiderar sus planes de cierre de las centrales nucleares. Tanto la energía nuclear como las renovables no emiten carbono y son fundamentales para contribuir al cumplimiento de los objetivos de lucha contra el cambio climático de la ONU.

¿Cómo nos posicionamos?

Europa está inmersa en una crisis energética, ya que Rusia nos ha cortado el suministro de gas. Estos últimos meses los países del viejo continente han llenado sus tanques de almacenamiento de gas tanto como han podido. A su vez, han empezado a recurrir a otras fuentes de energía alternativas, como el gas natural licuado (GNL). Pero la compra de GNL a Estados Unidos no es una solución a largo plazo, dado que sigue siendo un coste que perjudica el crecimiento del bloque. En cambio, la energía nuclear podría serlo. Para invertir en energía nuclear, podemos comprar el ETF Global X Uranium (URA) o invertir directamente en uranio a través del Sprott Physical Uranium Trust (U.UN).

 

G de oro y metales/minerales. ​

Pueden pasar cien años más que el oro siempre será considerado el activo de refugio por excelencia. Los inversores quieren tenerlo por seguridad cuando las cosas se ponen feas. Pero hay otras razones para invertir en minerales o metales. La transición a los vehículos eléctricos, por ejemplo, va a ser intensiva en minerales y metales. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la fabricación de vehículos eléctricos requiere seis veces más minerales «críticos» que un coche convencional con motor de combustión interna (ICE), siendo los más importantes el cobre, el níquel, el manganeso, el cobalto, el litio y el grafito. A corto plazo, las subidas de los tipos de interés no van a ayudar a la rentabilidad del oro. Al fin y al cabo, el oro ofrece una rentabilidad nula en comparación con los bonos del Tesoro, cuyas rentabilidades no dejan de subir. Sin embargo, el oro puede seguir funcionando bien como cobertura si persiste la inflación y crecen las tensiones geopolíticas.

¿Cómo nos posicionamos?

Si queremos realizar nuestra inversión en acciones individuales, podemos comprar acciones de Newmont (NEM) o Barrick Gold (GOLD). Si en cambio preferís diversificar el riesgo, la mejor manera es a través de ETFs como el SPDR Gold Shares ETF (GLD) o el iShares Gold Trust ETF (IAU). La cadena de suministros de los metales/minerales, al igual que la agricultura, es bastante compleja. Una de las formas más directas de invertir en ellas es a través de la inversión en minerales críticos a través del ETF VanEck Rare Earth/Strategic Metals (REMX).

 

Entonces, ¿es buena idea realizar nuestra inversión en acciones en la nueva FAANG?​

Es probable que las rentabilidades de las nuevas FAANG no sean tan atractivas como las que generaron las FAANG del sector tecnológico en su día. Este cambio nos ofrece un enfoque más diversificado y defensivo para nuestra inversión en acciones, con una exposición principalmente de baja beta y baja volatilidad a través de la industria aeroespacial y de defensa, la agricultura y el oro. Eso sí, van a requerir mucha más paciencia, dado que los sectores de la industria aeroespacial y de defensa, la agricultura, la energía nuclear y las energías renovables, y el oro pueden tardar años en desarrollarse. Pero si queréis un atisbo de esperanza, tanto Elon Musk como Warren Buffett están de acuerdo en al menos dos de los temas: los combustibles y la energía nuclear.

Previsión de inversion en energias renovables de 2006 a 2030. Fuente: Industry Tap.

La nueva FAANG es una apuesta por el cambio climático, el crecimiento de las tensiones geopolíticas y una inflación persistentemente alta. Así que, si creéis que este mundo va a ser mucho más volátil, este enfoque podría ser el más adecuado para nuestra cartera de inversión en acciones.