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¿Por qué aún es un buen momento para invertir en materias primas?

Después de duplicarse desde el desplome del Covid de 2020, los precios de las materias primas han caído recientemente un 20% desde sus máximos, ya que los inversores empiezan a preocuparse más por la posibilidad de que una recesión mundial reduzca la demanda de materias primas. Por lo tanto, es un momento ideal para comprar materias primas. Hoy vamos a daros una pequeña lección para vuestra formación en inversión en materias primas. Tenemos tres razones por las que deberíais considerar la posibilidad de aprovechar la caída y añadir materias primas a vuestra cartera…

Las materias primas añaden fuerza a nuestra cartera.​

Uno de los pilares fundamentales para nuestra formación en inversión es diversificar nuestra cartera, especialmente cuando el entorno económico es incierto. El problema de invertir sólo en acciones y bonos es que, para conseguir buenos resultados, ambos necesitan que la inflación sea baja. Esto se debe a que cuando la inflación es alta, los bancos centrales tienden a responder subiendo los tipos de interés. Y esos dos factores (crecimiento de la inflación y más subidas de tipos de interés) disminuyen el valor actual «real» de los flujos de caja futuros de ambas clases de activos. Esto se ha visto durante todo el año. Con la inflación alta y la Reserva Federal subiendo los tipos, las acciones y los bonos han tenido problemas.

Comparativa de rentabilidad de las materias primas (azul), acciones (amarillo) y bonos (rojo). Fuente: Tradingview.

Afortunadamente, las materias primas abordan ese punto ciego en nuestra cartera. Como os contamos en otra lección de formación en inversión en materias primas, el petróleo, el gas, los metales y los productos agrícolas prosperan cuando la inflación es alta y los tipos de interés suben, como ha ocurrido todo el año. Esto se debe en parte a que las materias primas son activos reales con valor intrínseco. Pero también se debe a que a menudo están en el centro de lo que impulsa la inflación, ya que son el motor de casi todo lo que se produce. Dicho de otro modo, cuando la inflación sube, es debido a que los precios de las materias primas están subiendo. 

Su oferta es escasa y su rentabilidad es realmente tentadora.

Durante la década pasada, las materias primas han vivido años de poca inversión en la capacidad de producción. La espiral de interrupciones por la pandemia y la guerra entre Ucrania y Rusia han llevado la oferta de materias primas a niveles increíblemente bajos. Y sin una solución rápida a la vista, la falta de inventarios mantendrá los precios al alza, ya que la gente se apresura a comprar productos básicos, temiendo la escasez o el agotamiento de estos. Y lo que es más importante, esta escasa oferta obliga a los compradores a pagar una prima si quieren asegurarse la entrega en un futuro próximo. Esto hace que el precio de los contratos a corto plazo sea más alto que el de los contratos a largo plazo, en una situación conocida como «backwardation«. La backwardation significa que los inversores en materias primas a largo plazo pueden comprarlas con descuento y conseguir una buena rentabilidad adicional denominada «rentabilidad de backwardation». Esta rentabilidad adicional significa que los inversores en materias primas pueden generar una buena rentabilidad incluso si el precio de la materia prima no cambia mucho.

Explicación del backwardation. Fuente: Rankia.

Es una buena inversión a largo plazo.​​

Es probable que estemos asistiendo al inicio de un «superciclo de las materias primas», es decir, un período de precios al alza con una fuerte demanda que suele durar más de una década. La nueva era de subida de tipos de interés junto con la alta inflación probablemente siga creciendo. A medida que los inversores, los gobiernos y las empresas vuelvan a centrarse en la economía (como las infraestructuras, el sector industrial y el sector inmobiliario), la demanda de materias primas debería seguir creciendo, junto con sus precios. La satisfacción de toda esa demanda no se producirá de inmediato. En años anteriores, con  precios más bajos y fuertes presiones reguladoras, mermaron la inversión en producción y en sus respectivos índices de producción. Así que podrían pasar años hasta que la oferta satisfaga una demanda creciente, lo que hará que los precios sigan subiendo mientras tanto.

Expectativa de  crecimiento de la demanda de materias primas hasta el año 2040. Fuente: Wood Mackenzie.

¿Cómo aprovechamos esta oportunidad de inversión?​

Desde el colapso sufrido durante la pandemia, desde entonces las materias primas han ganado un 78%, mientras que las acciones sólo han subido un 7%. Incluso después de una rally tan fuerte, seguimos creyendo que las materias primas tienen un perfil atractivo  de riesgo-recompensa en estos niveles. Por supuesto, existen riesgos a corto plazo. Una recesión mundial que podría mermar seriamente la demanda de materias primas, por ejemplo, o una solución muy necesaria a la crisis energética en Europa. La conclusión que sacamos de esta formación en inversión es que aquellos que quieran construir una cartera equilibrada a largo plazo, es imprescindible tener materias primas, y cualquier caída supone un punto de entrada interesante.

Hay muchas formas de invertir en materias primas, pero una de las mejores es el abrdn Bloomberg All Commodity Strategy K-1 Free ETF (BCI). Es el ETF líquido más barato y está bien diversificado. Para los inversores europeos, el L&G All Commodities UCITS ETF (BCOG) es una buena apuesta. Este fondo sigue el índice Bloomberg Commodity y nos proporciona una exposición diversificada al sector energético, a los metales preciosos, los metales industriales, el ganado, los cereales y las materias primas blandas.